viernes, 13 de mayo de 2011

Una nueva molécula podría inhibir la replicación del virus del papiloma humano

También redujo la capacidad de algunas cepas del virus de provocar cáncer
Francesc Martínez - 12/05/2011
Un equipo de investigadores estadounidenses ha desarrollado una proteína sintética que inhibe la actividad de la proteína E2 del virus del papiloma humano (VPH). La nueva molécula bloquearía la replicación del virus y su capacidad de causar cáncer.
Determinadas cepas del VPH son el agente causal de diversos tipos de cáncer, entre los que destacan el de cuello de útero y el anal. El riesgo de sufrir dichos cánceres es superior en personas con VIH.
La terapia estándar actual frente a la infección por el virus del papiloma humano consiste en la eliminación de las lesiones precancerosas a través de cauterización, crioterapia o cirugía, con el fin de evitar su progresión a cáncer, y en algunos casos, el uso de quimio- o radioterapia. Un estudio reciente mostró la potencial actividad de lopinavir (fármaco potenciado por ritonavir en Kaletra®) frente a dicho virus (véase La Noticia del Día 09/05/2011), lo cual se enmarca en la actual búsqueda de nuevas opciones de tratamiento anti-VPH.
En esta línea, los autores del presente estudio investigaron posibles dianas terapéuticas para bloquear la actividad del virus y, finalmente, centraron sus ensayos en la proteína E2 del VPH, que facilita la replicación del virus y activa genes del VPH capaces de ocasionar cáncer en la persona infectada.
A partir de estructuras ya desarrolladas con anterioridad, los investigadores diseñaron una proteína derivada de la E2 del VPH, a la que llamaron E2R, pero con algunos cambios estructurales que le conferían la capacidad de inhibir la actividad de la proteína vírica uniéndose a ella de forma estable.
La capacidad de E2R para inhibir la acción de la proteína E2 fue observada en un cultivo celular in vitro utilizado como modelo del ciclo biológico de la infección por VPH. Hasta el momento, E2R se ha mostrado activa frente a dos cepas con riesgo elevado de provocar cáncer (VPH de genotipos 16 y 18) y ante una de bajo riesgo (la 6a, causante de verrugas genitales).
A falta del desarrollo clínico de la nueva proteína, esencial para determinar si la actividad apreciada en el laboratorio es extrapolable al interior del cuerpo humano, cabe destacar que podría constituir una nueva estrategia para tratar la infección por VPH.
Por tratarse de una proteína, la administración de E2R debería realizarse por vía tópica, ya que, en caso de tomarse por vía oral, esta sería digerida en el estómago.
Estudios como el aquí presentado, a pesar de ser preliminares y no aportar alternativas de tratamiento a corto plazo, serán esenciales para que, en el futuro, se disponga de nuevas aproximaciones terapéuticas para la prevención de los cánceres asociados al VPH, tan importantes en personas con VIH.

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