Aunque las altas concentraciones de estos lípidos incrementan dicho riesgo, su impacto es menor al esperado
Francesc Martínez - 21/06/2011
Diversos estudios han evidenciado que la incidencia de acontecimientos cardiovasculares como el infarto de miocardio en personas con VIH es superior a la observada en la población general (
véase La Noticia del Día 08/03/2011). Detrás de este mayor número de episodios de tipo cardiovascular subyacen distintos factores de riesgo cuyo impacto no se conoce con precisión.
Uno de los primeros estudios que mostró la relación entre el VIH y los problemas cardiovasculares fue el estudio D:A:D, un ensayo prospectivo y observacional formado por 11 cohortes de Europa, Australia y EE UU. Así, en el año 2006, los investigadores de este estudio indicaron que las personas con VIH que tomaban inhibidores de la proteasa (IP) tenían un mayor riesgo de padecer infartos de miocardio debido, principalmente, a los incrementos en los niveles de lípidos sanguíneos que producen.
En la población general, se ha apreciado que valores elevados de colesterol total o de colesterol LDL y niveles bajos de colesterol HDL se asocian con un aumento del riesgo de sufrir arteriosclerosis, lo cual, a su vez, incrementa el riesgo de infartos de miocardio y cerebrales.
Las personas con VIH suelen presentar alteraciones en los niveles de lípidos en sangre causadas por el efecto de algunos antirretrovirales, la propia infección crónica y/o algunas características relacionadas con el estilo de vida, como el hábito de fumar o el sedentarismo.
Para arrojar más luz sobre las causas del riesgo cardiovascular asociado a la infección por VIH, los investigadores del estudio D:A:D realizaron un análisis de la relación entre los niveles de triglicéridos y el riesgo de infarto de miocardio en personas seropositivas.
Más de 33.000 voluntarios del ensayo D:A:D entre los años 1999 y 2008 fueron incluidos en el subestudio. Alrededor de un 75% eran hombres, aproximadamente la mitad eran de etnia blanca, un tercio, fumadores y el 19% estaban coinfectados por el virus de la hepatitis C (VHC). El recuento mediano de CD4 era de unas 400 células/mm
3 y solo el 32% presentaban una carga viral indetectable.
Los autores del estudio efectuaron un análisis multivariable para observar de forma independiente la asociación entre las concentraciones de triglicéridos y el riesgo de infarto de miocardio ajustando los resultados en función de los niveles de colesterol total, colesterol HDL y la presencia de enfermedad cardiovascular previa, entre otros factores.
Un total de 33.038 participantes experimentaron 580 infartos de miocardio durante 178.835 persona-años de seguimiento. La incidencia de ataques al corazón se incrementó a medida que los niveles de triglicéridos aumentaban, desde 1,1 acontecimientos cardiovasculares por cada 1.000 persona-años en pacientes con concentraciones de triglicéridos inferiores a 1,00 mmol/L, hasta 6,1 por cada 1.000 persona-años en aquellos participantes con niveles superiores a 3,00 mmol/L.
Al realizar un análisis univariable,
el riesgo de infarto de miocardio se incrementó en un 67% cuando se duplicaron los niveles de triglicéridos. Sin embargo, al ajustar los resultados según las concentraciones de colesterol total y colesterol HDL, dicho aumento del riesgo se quedó en un 33%; cuando, además, se ajustaron los resultados teniendo en cuenta otros factores de riesgo cardiovascular, el incremento del riesgo relacionado con los triglicéridos se quedó en un 17%.
En un último análisis,
en el que se incluyeron en el ajuste otros factores, tales como enfermedades asociadas al VIH y otros relacionados con el tratamiento, el incremento del riesgo asociado a los triglicéridos disminuyó a un 11%, una tasa que continuó siendo estadísticamente significativa.
Los resultados del estudio muestran la naturaleza multifactorial de los factores de riesgo cardiovascular presentes en la infección por VIH. Así,
aunque los niveles de triglicéridos se asociaron de forma independiente con un mayor riesgo de padecer infarto de miocardio,
su impacto no fue tan elevado como se podría esperar, lo cual apunta a una combinación de diversos factores que incidirían en el desarrollo de problemas cardiovasculares en personas con VIH. De hecho, los investigadores señalaron que las concentraciones elevadas de triglicéridos podrían considerarse más como un “biomarcador inespecífico” de enfermedad cardiovascular que un factor de riesgo propiamente dicho.
Fuente:
HIVandhepatitis.com
Referencia:
Worm SW, Kamara DA, Reiss P, et al. Elevated triglycerides and risk of MI in HIV-positive persons, the D:A:D study. AIDS. May 30, 2011 (Epub ahead of print).