Ciudad de México.- La grey católica respeta la diversidad sexual de las personas y se manifiesta contra la discriminación social hacia homosexuales y lesbianas. Sin embargo, mantiene firme su oposición contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, sostiene el padre Manuel Corral Martín, secretario ejecutivo de Relaciones Públicas e Institucionales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
En entrevista con OEM, negó que exista una discrepancia entre el clero sobre el tema y dejó claro el interés de la Iglesia católica mexicana de promover la unidad social ante cualquier acto que genere discriminación.
“En el tema de homosexualidad y lesbianismo, la Iglesia católica no discrimina ni rechaza a las personas. Lo que condena son los actos de una relación de este tipo, como los matrimonios entre personas del mismo sexo”.
Corral Martín dejó claro que la Iglesia siempre ha defendido la heterosexualidad del matrimonio. Pero eso no significa que exista una distancia con los grupos de homosexuales, lesbianas o bisexuales. “Los documentos eclesiales están en la línea de atender, dialogar y ayudar a estas personas”.
* Condicionamientos
Por su parte, Antonio López Ugalde, especialista en derechos humanos del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), reconoció el derecho de la jerarquía católica para expresar su opinión en estos temas.
Pero remarcó que en un Estado laico ningún grupo está legitimado para imponer sus creencias religiosas, ni para actuar al margen de los principios constitucionales que inspiran nuestra democracia: el principio de no discriminación, el derecho a la diversidad y la libertad de cada persona para construir su propia identidad, la cual se manifiesta en todos los aspectos de la personalidad, incluida la orientación sexual.
Para el experto, la jerarquía eclesiástica parece apoyar sus opiniones sobre la homosexualidad en prejuicios y estereotipos, en lugar de fundarlos en datos e información empírica verificable.
Estos temas, indicó, si bien ameritan una reflexión ética, no pueden ser abordados sin tomar en cuenta los hallazgos que han arrojado las ciencias modernas al respecto, como tampoco pueden ser debatidos sin tener como referente los derechos fundamentales reconocidos en esta materia en las últimas décadas.
López Ugalde sostuvo que las opiniones sobre la homosexualidad, basadas en prejuicios, constituyen en estos tiempos una forma de ignorancia, y la ignorancia es, invariablemente, una fuente de violencia y exclusión.
Los jerarcas -precisó- deben ser prudentes en estos temas para no alentar fanatismos ni desencadenar una espiral de violencia por parte de sus seguidores hacia las personas homosexuales.
“En otros tiempos la Iglesia fue un protagonista fundamental en la lucha por la libertad de cultos, concepto que implica la tolerancia a las distintas formas de ser y de pensar. Hoy tiene que recuperar ese espíritu pero no en beneficio de sí misma, sino en el reconocimiento de la existencia de los otros distintos a uno mismo”.
Fuente: El Heraldo