11.07.11 | 00:04. Archivado en Iglesia
No, no voy a hablar del escándalo de estos días del cura acusado de 'homosexual', como si la homosexualidad fuera motivo de acusación.
No voy a entrar en los dimes y diretes de este asunto que le está dando vidilla a ese sector de la Iglesia Católica que tiene todo el día en mente el asunto homosexual. Allá ellos. Se están exponiendo a la sociedad tal como son. Ya solucionarán sus problemas, para tener más, porque me temo que cuando acabe este asunto, saldrá otro parecido. Y es que a la jerarquía de la Iglesia católica, esto parece que les gusta, porque de otra manera no se entiende semejante flagelación.
Y todo pasa por no vivir la vida sexual de una manera natural. Tanta castidad no es buena. Castidad impuesta me refiero. Muchos problemas ha traído a la Iglesia. Desde los lamentables casos de pederastia, a la búsqueda del sexo en el más cercano.
Pero todo se puede resumir en una palabra: la falta de amor. A la jerarquía de la Iglesia Católica y a sus seguidores le falta mucho amor. Amor humano, amor a Cristo, y amor a su Iglesia, representada por cada hombre y cada mujer que asiste asombrado/a e indignado/a a cada espectáculo eclesial.
Falta mucho amor, y el amor falta porque falta mucha oración. Curas metidos a políticos, obispos preocupadísimos por los homosexuales, y un mundo que se muere de hambre y de injusticia, ayudados por cristianos, abandonados por su jerarquía que sólo piensan en lo que piensan.
Es la oración la única solución. Es lo que falta y es lo que yo traigo aquí hoy.
Una oración que viene como anillo al dedo. De un grupo de homosexuales de Sevilla, que les podían dar lecciones de humanidad y de cristiandad, a todos esos que hoy, nos hacen sonrojar de vergüenza, por sus homofobias latentes.
Padre nuestro, cuyo amor y compasión se extiende a toda la humanidad, sin distinción de sexo o de inclinación sexual.
Te ofrecemos nuestras vidas y experiencias como lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Ayúdanos a realizar el papel que nos has concedido en la obra de redención del ser humano.
Danos fuerza para llevar ese amor que proviene de ti a un mundo que puede rechazarnos oignorarnos.
Que andemos con Cristo por el camino de la fe, de la justicia y de la libertad, confiando en tu amor infinito.
Recordemos en nuestra oración:
· A la Iglesia, para que la comunidad de los fieles sea capaz de responder a nuestra ansia de amor, justicia y libertad.
· A los gays y lesbianas de todo el mundo, especialmente a los que tienen que enfrentarse al odio, a la injusticia y a la cárcel, a los que están solos, aislados y confundidos,a los pobres y a los hambrientos, a los ancianos, a los enfermos y a los afligidos; para que se sientan y se sepan aceptables y aceptados.
· A los que amamos, especialmente a nuestras parejas, a nuestros padres, a nuestras familias y amigos; que nuestro amor sea un reflejo de tu Creación.
· A los que quieren hacernos daño, para que cambien su corazón de piedra por uno de carne.
· A nosotros, para que estemos siempre dispuestos a responder con amor a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas homosexuales y a las necesidades de toda tu Creación.
Dios nuestro, por tu misericordia, escucha nuestra oración.