Varios países latinoamericanos apostaron hoy en la ONU por acabar con la discriminación de los portadores del virus VIH como una de las medidas más importantes para luchar contra el sida, al tiempo que se comprometieron a mejorar el acceso a los tratamientos antirretrovirales.
"Hemos logrado avances significativos en los últimos años, pero las brechas son todavía muy importantes: Muchas personas permanecen excluidas por los determinantes sociales, el estigma y la discriminación", indicó ante la Asamblea General de la ONU el viceministro de Salud Pública de Paraguay, Edgar Giménez.
Giménez participó hoy junto a otros responsables del área de Sanidad y Desarrollo de distintos países latinoamericanos en la reunión de alto nivel que la ONU organiza hasta este viernes para incrementar la lucha contra el sida y acabar con la enfermedad.
"Nuestro país tiene una ley vigente desde 2009 que establece derechos y garantías para las personas que viven con el VIH", indicó el viceministro paraguayo, que reconoció que, pese a que su país ha avanzado en varios aspectos en la lucha contra el sida, tiene aún "grandes desafíos", como el resto de la región.
La representante de Argentina en la cumbre, la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Marina Kosacoff, también reconoció que queda "mucho por hacer", pero apostó asimismo, entre otras medidas, por "disminuir las barreras" y acabar con la discriminación.
"Hay que desarrollar estrategias que tiendan a disminuir las barreras, asumiendo el compromiso de una prevención efectiva y basada en el respeto a los derechos humanos", indicó.
Puso como ejemplo las distintas medidas dirigidas "a todas la comunidades, incluyendo mujeres, niños, jóvenes, trabajadores sexuales y sus clientes, transexuales, homosexuales, consumidores de drogas y comunidades migrantes".
La viceministra de Salud de Perú, Zarela Solís, reconoció que, pese a los avances logrados en su país, hay segmentos de la población donde, debido a la discriminación, el impacto del sida ha seguido creciendo, como es el caso de la población transexual en Lima, donde el sida afecta al 30 por ciento.
"Perú ha desarrollado una importante serie de normas para lograr la prevención y el control sanitario del VIH, así como para luchar contra la vulnerabilidad, el estigma y la discriminación de los afectados y de la población homosexual", señaló Solís, que reconoció que su país debe mejorar, entre otros asuntos, la colaboración entre instituciones y organizaciones, y el sistema de información.
El viceministro de Salud de Cuba, Luis Estruch Rancaño, alertó de que los avances logrados hasta ahora "aunque prometedores, son insuficientes y corren peligro", ya que subrayó que "el estigma, la discriminación y la desigualdad entre los géneros obstaculizan los esfuerzos dirigidos a lograr el acceso universal a la prevención, el tratamiento y la atención".
El embajador de República Dominicana ante la ONU, Federico Alberto Cuello, mostró el compromiso de su país en diseñar una política "binacional" junto con Haití, cuyo sistema de salud quedó gravemente afectado por el terremoto de 2010, "entendiendo que las condiciones de salud no reconocen barreras sociales, culturales, divisiones administrativas ni fronteras".
Antes que Argentina, Cuba, Paraguay, Perú y la República Dominicana, este jueves habían hablado ya ante la Asamblea General los representantes de Brasil, Chile, El Salvador y Panamá, quienes coincidieron en la necesidad de intensificar los esfuerzos de la comunidad internacional para mejorar el acceso universal a los tratamientos antirretrovirales.
Los 192 miembros de la Asamblea General de la ONU negocian estos días una resolución que esperan aprobar el viernes, en la clausura de la reunión, en la que ya se contempla lograr que el acceso al tratamiento contra el VIH sea universal en 2015 y acabar con la transmisión de la enfermedad de madre a hijo, compromisos que han recibido el apoyo común de los países latinoamericanos
"Hemos logrado avances significativos en los últimos años, pero las brechas son todavía muy importantes: Muchas personas permanecen excluidas por los determinantes sociales, el estigma y la discriminación", indicó ante la Asamblea General de la ONU el viceministro de Salud Pública de Paraguay, Edgar Giménez.
Giménez participó hoy junto a otros responsables del área de Sanidad y Desarrollo de distintos países latinoamericanos en la reunión de alto nivel que la ONU organiza hasta este viernes para incrementar la lucha contra el sida y acabar con la enfermedad.
"Nuestro país tiene una ley vigente desde 2009 que establece derechos y garantías para las personas que viven con el VIH", indicó el viceministro paraguayo, que reconoció que, pese a que su país ha avanzado en varios aspectos en la lucha contra el sida, tiene aún "grandes desafíos", como el resto de la región.
La representante de Argentina en la cumbre, la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos del Ministerio de Salud, Marina Kosacoff, también reconoció que queda "mucho por hacer", pero apostó asimismo, entre otras medidas, por "disminuir las barreras" y acabar con la discriminación.
"Hay que desarrollar estrategias que tiendan a disminuir las barreras, asumiendo el compromiso de una prevención efectiva y basada en el respeto a los derechos humanos", indicó.
Puso como ejemplo las distintas medidas dirigidas "a todas la comunidades, incluyendo mujeres, niños, jóvenes, trabajadores sexuales y sus clientes, transexuales, homosexuales, consumidores de drogas y comunidades migrantes".
La viceministra de Salud de Perú, Zarela Solís, reconoció que, pese a los avances logrados en su país, hay segmentos de la población donde, debido a la discriminación, el impacto del sida ha seguido creciendo, como es el caso de la población transexual en Lima, donde el sida afecta al 30 por ciento.
"Perú ha desarrollado una importante serie de normas para lograr la prevención y el control sanitario del VIH, así como para luchar contra la vulnerabilidad, el estigma y la discriminación de los afectados y de la población homosexual", señaló Solís, que reconoció que su país debe mejorar, entre otros asuntos, la colaboración entre instituciones y organizaciones, y el sistema de información.
El viceministro de Salud de Cuba, Luis Estruch Rancaño, alertó de que los avances logrados hasta ahora "aunque prometedores, son insuficientes y corren peligro", ya que subrayó que "el estigma, la discriminación y la desigualdad entre los géneros obstaculizan los esfuerzos dirigidos a lograr el acceso universal a la prevención, el tratamiento y la atención".
El embajador de República Dominicana ante la ONU, Federico Alberto Cuello, mostró el compromiso de su país en diseñar una política "binacional" junto con Haití, cuyo sistema de salud quedó gravemente afectado por el terremoto de 2010, "entendiendo que las condiciones de salud no reconocen barreras sociales, culturales, divisiones administrativas ni fronteras".
Antes que Argentina, Cuba, Paraguay, Perú y la República Dominicana, este jueves habían hablado ya ante la Asamblea General los representantes de Brasil, Chile, El Salvador y Panamá, quienes coincidieron en la necesidad de intensificar los esfuerzos de la comunidad internacional para mejorar el acceso universal a los tratamientos antirretrovirales.
Los 192 miembros de la Asamblea General de la ONU negocian estos días una resolución que esperan aprobar el viernes, en la clausura de la reunión, en la que ya se contempla lograr que el acceso al tratamiento contra el VIH sea universal en 2015 y acabar con la transmisión de la enfermedad de madre a hijo, compromisos que han recibido el apoyo común de los países latinoamericanos