La intención del Foro es “romper con los estereotipos”, resaltó Soledad Henares. |
En la sociedad todavía existen rótulos, casillas, etiquetas… Clasificaciones que operan a partir de la descalificación de ciertos grupos o sectores sociales, a los que se los construye como otros. Y no otros a secas, sino otros a los que se intenta mantener en lugares de inferioridad: negros, pobres, tortilleras, maricones. Y la lista sigue.
En Argentina, el reclamo por la equiparación de derechos entre la comunidad LGBT y las personas heterosexuales cobró un fuerte impulso en los ’70. En ese agitado contexto social, cultural y político, no sólo los obreros, estudiantes y militantes de izquierda alzaban la voz, sino también varones y mujeres que comenzaban a dar forma a una lucha vinculada a la necesidad de inscripción de las sexualidades en el espacio político. “Es importante la visibilidad, para que la gente conozca y vea que existimos”, resaltó Soledad Henares.
Asimismo, señaló que la intención del Foro de Diversidad Sexual es “romper con los estereotipos”, porque “generalmente se piensa que el gay es un hombre que es totalmente femenino, que vive en la noche, que no le importa nada; y la lesbiana que es masculina”. En esa línea, advirtió: “Son construcciones históricas y sociales, y tratamos de que la gente nos vea y entienda que no es así, que cada uno es único y diferente, que no hay que generalizar”.
“Ahora es diferente después de la ley de matrimonio igualitario y de mucho trabajo en la provincia, pero seguimos tratando de informar a la gente sobre qué es la diversidad, porque no es que lo hace de mala, es que tiene prejuicios y por eso muchas veces discrimina”, agregó Emilio Alcaráz.
Un lugar de militancia y contención
Henares contó a este medio que el espacio arrancó en junio de 2009, cuando se abrió la convocatoria desde el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). “En ese momento participaron varias personas, pero principalmente la gente empezó a venir en septiembre-octubre de ese año, cuando se hizo la primera actividad que fue el ciclo de cine sobre diversidad”, recordó.
Además, indicó que si bien se reúnen semanalmente, los encuentros “no tienen mucha transcendencia”, y explicó: “Las historias son diferentes, en algunos casos los padres no saben que están viniendo, entonces no queremos que trascienda. Si cada uno va a una actividad pública es elección personal, pero para algunos todavía no es el momento”.
Por su parte, Alcaráz precisó que “en el Foro hay mucha gente del interior, que no puede expresarse en su localidad y que encuentra acá un espacio para militar”; a su vez, resaltó que se llevaron a cabo actividades en otras ciudades, como Nogoyá, Concordia, Crespo y Concepción del Uruguay, y que se avanza en la organización de una jornada en La Paz. “Tuvimos contacto con gente de Salto, porque allá en Uruguay se está trabajando en la ley de matrimonio igualitario y nos invitaron a disertar, así que estamos analizando la posibilidad”, acotó.
Respecto al trabajo con otras agrupaciones, manifestó: “En Santa Fe también hay un foro pero está conformado por organizaciones. En cambio nosotros somos todas personas que no representamos a nadie más que a nosotros mismos. Hay diferentes ideologías políticas, pero venimos a militar por la diversidad sexual y las demás cosas quedan puertas para afuera del Inadi”. Sobre el promedio de edad de quienes se acercan al Foro detalló que “es 19-21 años, pero se han sumado chicos de 16 años”.
“Es un lugar de contención porque por lo general los chicos gays, lesbianas, trans, no tienen un amigo de referencia. Nuestra sociedad y la religión se han encargado de ponernos en el peor lugar, que es el de los enfermos. Es bastante difícil, porque la mayoría de los chicos que vienen tienen familias con mucho peso religioso. Ahora sí pueden contar con un par que vivieron una experiencia parecida. Antes la noche era el único lugar para los gays y creo que este es un espacio nuevo donde se puede encontrar la comunidad LGBT y debatir y conocerse”, completó.
En tanto, Henares comentó que las personas más grandes demoran en acercarse: “Tienen miedo porque no saben qué será. Creo que más allá de una cuestión de tiempo y responsabilidad, pasa también por lo que vivió cada uno. Cada persona da hasta donde puede”. Enseguida, diferenció: “La idea no es formar un gueto, sino incluirnos en la sociedad. Algunos de los chicos que vienen por primera vez ni siquiera les han contado a sus padres, entonces no preguntan cómo hacerlo. Los podemos aconsejar desde nuestra experiencia, porque peor es que lo hablen con alguien que no sabe”.
“Pesa mucho el miedo que se genera una misma, y no siempre resulta todo mal. Hay un período en que los padres lo tienen que aceptar, entender, se informan y después pasa, no es tan traumático como se presenta”, aseguró.
Derechos adquiridos y en pugna
“Este año tenemos dos bases de trabajo: pensamos apuntar a la educación y la salud, porque en ninguno de los sistemas existe la diversidad sexual. Pensamos ir a escuelas secundarias a dar charlas. Algunos profesores nos llaman y nos dan sus horas. Ya lo hicimos en Concordia y nos dimos cuenta de que es muy necesario. Por el lado de la salud, notamos muchas situaciones con las mujeres lesbianas”, relató Henares.
En ese orden, cuestionó: “Parece que los ginecólogos creen que todas sus pacientes son heterosexuales. Siempre hay que ir a aclarar. No hay información ni mucho tacto tampoco, no saben cómo reaccionar. Así que también vamos a hacer algunos talleres con médicos y ginecólogos, para lo cual contamos con el apoyo de la provincia”.
“Hay otras cosas programadas como cine y actividades de intervención para seguir visibilizando estas cosas”, aclaró. De inmediato, acotó: “Por ahí las cosas se van dando solas, te levantás un día y te enterás que hubo un caso de homofobia, y cada vez que hay un acto de discriminación nosotros no nos quedamos callados”. Un ejemplo de ello fue la movilización realizada el 11 de febrero en Concordia, para repudiar la discriminación que sufrieron jóvenes en el boliche Cruz Diablo.
Consultado sobre los objetivos planteados para 2011 en materia de legislación, Alcaráz aprovechó para subrayar los logros alcanzados con la aprobación de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo. La norma quedó sancionada el 15 de julio pasado, y en Paraná la primera unión se celebró el 21 de octubre entre Claudia Giménez y Paola Relea. “Durante el tratamiento de la norma vimos el apoyo de la gente, que fue la primera vez que lo sentimos. La sociedad tuvo una opinión. Los cambios es que la gente tiene derechos que antes no tenía pero después seguimos viviendo igual. Lo bueno es que se instaló el debate, en todos lados. También repercutió en Latinoamérica, porque hay proyectos de ley en Uruguay, Brasil, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Venezuela y Panamá”, expresó.
“Es un paso muy importante en materia de derechos, pero este año uno de los proyectos más importante es la aprobación de la ley de identidad de género, para que las personas trans puedan tener su documento con el nombre real, que coincida lo que dice un papel con lo que la gente ve”, puntualizó. El integrante del Foro expresó que la temática tiene dos aspectos: “Uno es el tema registral, que contempla el cambio de documento, lo que sería un simple trámite. El otro es un tema de salud, que tiene que ver con la reasignación sexual, el cambio de sexo. Ahora la ley contempla que si querés cambiar el documento tenés que operarte y la mayoría de las personas trans no se quieren operar”.
Por último, sobre el repudio que se realizó en diciembre de 2010 contra un acto de homofobia en un bar de la capital entrerriana ubicado en calle Alameda de la Federación, Henares lamentó que “el dueño sigue teniendo la misma conducta”. Y enfatizó: “Intentamos dar un mensaje, se le explicó lo que era el derecho de admisión -que tienen los titulares de los establecimientos públicos y los organizadores de actividades recreativas de determinar las condiciones de acceso dentro de unos límites legales-, que estuvo mal lo que hizo, que fue un hecho de discriminación y te enterás que siguen pensando de la misma forma, que lo volverían a hacer”. Igualmente, distinguió: “No buscamos confrontar, sino que nos sentamos a charlar a ver qué pasó, capaz que hay desinformación. La idea es siempre mejorar, el repudio es una forma de que la sociedad se entere de que esto está pasando”.
“La gente se acostumbra, las cosas se van naturalizando con el tiempo, cuando se van viendo, ahora se está hablando de sexualidad, en algún momento se dará ese paso de que las parejas salgan de la mano, porque está bueno mostrarlo y porque es el momento necesario para hacerlo”, remató.
Un mundo diverso
La diversidad sexual tiene que ver con las formas de expresar y de vivir la sexualidad, entendida ésta como una dimensión fundamental de las personas. Se basa en el sexo, incluye el género, las identidades de género (el grado en que cada persona se identifica como masculina o femenina); la orientación sexual; el erotismo; la vinculación afectiva y el amor; y la reproducción. En síntesis, es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, culturales, éticos y religiosos.
El Foro de Diversidad Sexual se reúne todos los viernes a las 20 en la sede local del Inadi, en calle 25 de mayo 114; y recientemente inició un programa en LT 14, que se emite los sábados a las 18. Para contactarse con el espacio también está disponible el correo electrónico inadidiversidad@gmail.com.