Significa un avance en una línea de investigación que busca la remisión o cura de la infección por VIH
Xavier Franquet - 03/05/2011
Un grupo internacional de investigadores ha conseguido acceder al virus sobre el que el tratamiento antirretroviral no puede incidir porque permanece inactivado y ‘escondido’ en el interior de cierto tipo de células del sistema inmunitario. Aunque se trata de un estudio llevado a cabo en macacos rhesus infectados por el virus de la inmunodeficiencia símica (VIS), los hallazgos obtenidos -ahora publicados en AIDS- suponen un paso adelante en la línea de investigación que busca eliminar el VIH que se mantiene latente en los linfocitos-T CD4 de memoria.
A pesar del éxito de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA) en lograr reducir la cantidad de VIH circulante en el torrente sanguíneo hasta niveles indetectables, una parte de material genético del virus queda intacta en este tipo de linfocitos. Por esta razón, el tratamiento anti-VIH debe tomarse a diario y de manera ininterrumpida. De lo contrario, dicho material se activa, el virus se replica y aumenta la carga viral, con lo que se pierde el control de la infección.
Este conjunto de virus latente se conoce con el nombre de reservorio viral. Las células en las que permanece, los linfocitos-T CD4 de memoria central y transicional, se caracterizan por una vida muy larga y por un bajo, pero continuo, nivel de proliferación, lo que garantiza el mantenimiento del reservorio. Desde hace unos años, su eliminación constituye un importante reto científico de cara a la curación de la infección por VIH. La estrategia, cuyos resultados han sido publicados ahora, consiste en el uso de terapia antirretroviral intensificada y auranofina, una sal de oro indicada para tratar la artritis reumatoide y de la que se sabe que también inhibe la multiplicación de células del sistema inmunitario.
Este grupo de científicos, del Instituto Italiano de Salud, la Universidad de Roma La Sapienza, el Instituto de Terapias Genéticas y Vacunas de Florida y de Bioqual en Maryland (ambos de EE UU), realizó con éxito pruebas de laboratorio en las que demostró que auranofina acortaba la duración de las células de memoria de vida larga, y que ello se debía a una acción moduladora sobre los receptores CD27 presentes en estas células, eliminándolos parcial o totalmente. A continuación, llevaron a cabo un estudio piloto con macacos infectados por VIS y carga viral suprimida y estable con tenofovir/emtricitabina (Truvada®) y raltegravir (Isentress®), que sirvió como prueba de concepto. Auranofina podía reducir el reservorio de ADN viral, aunque solo fuera de forma pasajera.
El siguiente paso fue realizar un ensayo prospectivo y con control. Un total de seis macacos que participaron en el estudio anterior fueron comparados con otros dos. Siguieron con el mismo tratamiento, que además se intensificó con darunavir potenciado por ritonavir (Prezista®/Norvir®). Los dos que conformaban el grupo de control tomaron también la misma terapia antirretroviral. Esta intensificación reforzó la tendencia a reducir el ADN viral entre los macacos tratados con auranofina.
Para probar la capacidad de este fármaco de inducir un control natural de la replicación del VIS a largo plazo en ausencia de antirretrovirales, todos los tratamientos se suspendieron tras observar ADN viral indetectable en células mononucleares de sangre periférica, al menos, tres veces consecutivas. En uno de los macacos del grupo control se aplicó el mismo criterio, mientras que en el otro primate se interrumpió a la semana 15 después de haber obtenido un resultado de ADN detectable a la semana 14, superando así la mediana de exposición del grupo experimental.
Tras suspender todos los tratamientos, los ejemplares que habían tomado auranofina mostraron una mejor capacidad para controlar la infección. Incluso uno de ellos experimentó un cierto tipo de remisión; es decir, mantuvo carga viral baja y recuentos altos de CD4 durante un año. Se llegó a la conclusión de que el empleo de este fármaco junto a una terapia antirretroviral intensificada reducía de forma significativa el ADN viral asociado a los linfocitos-T CD4 en macacos infectados por VIS.
Según A. Savarino, lo que ha ocurrido con auranofina no estaba previsto. Inicialmente, buscaban purgar el reservorio para ‘despertar’ al virus y poder eliminarlo con terapia anti-VIH, estrategia conocida en inglés como shock-and-kill. Por casualidad, encontraron que el producto que estaban evaluando para sacar al virus de su escondite estaba en realidad causando la muerte de las células de memoria, dejando otras parcialmente intactas, como los linfocitos-T CD4 naive que no contienen material genético del VIH. Todo ello ocurrió sin necesidad de que se activara el virus, un procedimiento que podría ser peligroso. Eliminar las células T de memoria también puede conllevar riesgos, pero, como señala Savarino, el enfoque es atractivo porque estas células pueden ser reemplazadas por el organismo.
El próximo paso será intensificar esta estrategia para ver si se puede reducir el reservorio al máximo y, con ello, el sistema inmunitario puede controlar la infección por sí mismo de forma permanente. Asimismo, se recogerán más datos de seguridad antes de experimentar en humanos. Savarino, en la nota de prensa difundida tras la publicación, pide a las personas seropositivas que no intenten probar por su cuenta esta estrategia comprando el fármaco sin control. Existen todavía muchas dudas por resolver, como la posible toxicidad en personas con VIH que toman terapia antirretroviral.
Fuente: HIV Reservoirs & Eradication Strategies / Elaboración propia.
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