Pero centrémonos en este caso particular. Aquí la homofobia llega por ambos lados:
Por un lado tenemos al curita, una prenda analfabeta, que se dedica a soltar barbaridades insultantes como su famoso Que me midan el ano a ver si lo tengo dilatado y se queda más homófobo que ancho. Esto me recuerda a una broma que ese ignorante estúpido de Mariano Mariano me hizo en una entrevista en Marbella durante un sarao. El supuesto humorista no dudó en mostrar cero sensibilidad hacia otra persona a pesar de su discapacidad (solidaria sobre todo) y, tras mi cariñosas respuestas, me soltó un ridículo “yo el esfínter no lo tengo flojo como tú” que me dejó perplejo. ¿Cuándo van estos infelices heterosexistas a aprender que el esfínter es un músculo y por lo tanto el ejercicio, la penetración anal, lo que hace es fortalecerlo (aparte de prevenir el cáncer de próstata al masajearla)? Pues no, hay que seguir escuchando esa sarta de cromañeces que nos devuelven a la Edad Media como mínimo.
Señores, que existe una cosa que se llama fisiología, estudiad un poco y aprended las bondades de un esfínter bien utilizado. Si por ser dilatado se “aflojase” o aumentase su tamaño, después de todas las cagadas que soltamos en la vida (en vuestros casos por la boca) tendríamos un hoola-hop a los 20 años. El sexo anal muy al contrario de “ceder” el esfínter, lo fortalece. Ignorangutanes.
Por otro lado tenemos a la sacrosanta Madre Iglesia que en un acto de “caridad cristiana” se apresura a apartarle de su parroquia por sospechas de que pudiese ser homosexual (a juzgar por una foto… y lo que se callan, como siempre) y le ordena recibir un “peritaje psiquiátrico”. Porque todos sabemos que la homosexualidad es una “enfermedad” para la asquerosa Iglesia Homófoba. Pero lo peor está por llegar. Cuando escuchamos en labios del cura homófobo-homosexual las preguntas que los “psiquiatras” adeptos a la Iglesia Católica le hacen el alma se nos cae al suelo.
En palabras del cura, el psiquiatra “Me interrogó de forma denigrante, me preguntó si mis padres me habían violado de niño o si les había visto tener relaciones sexuales entre ellos”. Aparte de esto el médico le prescribió, entre otras pruebas, la de detección del VIH. La terapia que deberá seguir, “conforme a los postulados de la antropología cristiana” -como dice la orden del obispo-. A estas preguntas se sumaron otras como sí había mantenido relaciones sexuales con su hermano de niño o si habían abusado de él, porque todos sabemos que la homosexualidad es un trauma infantil que está a la par de un psicópata asesino o que la homosexualidad produce por arte de magia el VIH (seguid asustando a los inocentes niños que bastante sufren ya al descubrir su homosexualidad en una sociedad llena de homofobia). ¡Menuda panda de homófobos de mierda anida la Iglesia!
Y luego está el chulazo con el que se hizo la foto, Yannick Delgado. En un primer momento el cura Andrés afirmó que era un seminarista con el que había acudido a Fatima. Pero la Iglesia afirma que no les consta que el chulazo portugués sea seminarista como podemos leer aquí:
En respuesta a las preguntas de EL PAÍS, una portavoz del obispado asegura que “no le consta” que el joven con el que le acusan de haber mantenido una relación, Yannick Delgado, “sea seminarista”. Sin embargo, Delgado, de 28 años y origen cubano, afirma que estudió en el Seminario de Getafe desde 2006 a 2007. En la reunión con el obispo, según el sacerdote, se le mostró una fotografía en la que ambos aparecen solos, agarrados por el hombro y con el torso desnudo durante un viaje a Fátima. Esa era la supuesta prueba. “Hacía mucho calor y estábamos sin camiseta, ¿qué es este puritanismo? ¡Estamos en el siglo XXI!”, protesta García Torres que, al igual que Delgado, niega mantener o haber mantenido una relación más allá de la amistad. La imagen que supuestamente le mostraron, asegura, solo la tenían ellos y desconocen cómo llegó a manos del obispado. “Estaba en mi ordenador, ni siquiera la subí a Facebook”, dice Delgado. Los tribunales han fallado en multitud de ocasiones que la Iglesia puede, por ejemplo, despedir a un profesor de religión por su vida privada, pero lo que no puede hacer es investigarla.Un momento, ¿los seminaristas tienen perfiles en facebook? ¿Y suben fotos como esta? (corriendo a facebook). Me encantaría ver esta tragedia social con algo más de humor, pero por desgracia no hay nada gracioso ni divertido en esta historia que no hace más que dejar al descubierto un ápice de la terrible homofobia que la Iglesia se empeña en sembrar en una sociedad aburrida de esa antigüedad (y en los políticos afines del PP).
No puedo por menos que imaginarme a un niño asustado que es llevado a estos repugnantes (sí, sé que repito el adjetivo mucho, pero es lo que me produce toda esta historia católica y esa Iglesia) psiquiatras por sus beatos padres y se encuentra bebiendo ese veneno ponzoñoso que la Iglesia católica no se corta en distribuir desde sus púlpitos hasta sus confesionarios.
Resultado final de este penoso partido de homofobia sobre yerba (sí, parece que estén todos “fumáos”): homofobia 15- sentido común 0. O, lo que es lo mismo, preservar los estereotipos, mitos, mentiras y supercherías que sustentan la homofobia en esta sociedad y que acabará sufriendo el niño inocente de un pueblo que tenga la desgracia de vivir en una familia y sociedad católicas.
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