El contacto sanguíneo parece desempeñar un papel esencial
Francesc Martínez - 07/06/2011
La transmisión sexual del virus de la hepatitis C (VHC) es una de las grandes olvidadas, bien sea porque no se trata de la principal vía de transmisión o debido a que su mecanismo exacto no se conoce de forma precisa.
En la actualidad, dados los controles implementados en el ámbito sanitario para detectar el virus en los hemoderivados y en la sangre para realizar transfusiones, las principales vías de transmisión del VHC en los países desarrollados son: compartir jeringuillas para la inyección de drogas inyectables y, en menor medida, utilizar instrumentos para la realización de tatuajes o piercings no esterilizados de manera adecuada.
Sin embargo, durante los últimos veinte años -y sobre todo en la última década- se ha observado un importante número de casos de transmisión sexual del VHC en hombres gais y bisexuales, particularmente entre aquellos con VIH no usuarios de drogas inyectables (véase La Noticia del Día 21/02/11).
Para arrojar un poco más de luz sobre este asunto, un equipo alemán de investigadores ha llevado a cabo un estudio que recopiló casos de hombres gais que habían sido infectados por el VHC por vía sexual -coinfectados por VIH- entre los años 2006 y 2008 en diversas ciudades alemanas. También se incluyó a varones monoinfectados por VIH para que actuaran como controles y se realizó un sondeo a hombres de nacionalidad alemana para valorar sus conocimientos y actitudes respecto a las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Un total de 34 hombres coinfectados por VIH y VHC y 67 infectados solamente por VIH participaron en el estudio. Los voluntarios tenían características demográficas similares, con una edad media de 41 años y un promedio de edad en su primera práctica homosexual de 17 años. El 77% tomaban antirretrovirales y el 97% se identificaban como hombres gais.
Los investigadores recopilaron un gran volumen de datos. Tras el análisis estadístico, se evidenció que tener heridas rectales sangrantes, practicar fisting receptivo sin el uso de guantes, realizar sexo en grupo y consumir drogas por vía intranasal estaban relacionados de manera significativa con la transmisión del VHC.
Destacaron los autores que muchos de los hombres coinfectados presentaban un historial de diversas intervenciones quirúrgicas anorrectales para el tratamiento de verrugas o lesiones precancerosas producidas por el virus del papiloma humano (VPH), lo cual puede favorecer el sangrado en las subsiguientes prácticas sexuales anales.
Los responsables del ensayo encontraron que la mayoría de participantes habían tenido muchas parejas sexuales, lo que incrementa el riesgo de exposición al VHC, del mismo modo que el hecho de compartir juguetes sexuales o instrumentos para la administración intranasal de drogas -los conocidos como “rulos”-.
De los hallazgos del estudio se deduce que, en la transmisión sexual del VHC, la sangre desempeña un papel muy destacado, ya que en todos los casos identificados se han hallado elevadas probabilidades de contacto sangre-sangre. El empleo de guantes y preservativos es esencial para la prevención -y deberían sustituirse para cada nueva relación en casos de sexo en grupo-.
El presente ensayo constituye una importante herramienta para el desarrollo de intervenciones preventivas en hombres que practican sexo con hombres (HSH), especialmente teniendo en cuenta el creciente número de transmisiones sexuales del VHC en este colectivo.
Fuente: Catie.ca
Referencia: Schmidt AJ, Rockstroh JK, Vogel M, et al. Trouble with bleeding: risk factors for acute hepatitis C among HIV-positive gay men from Germany -a case-control study. PLoS One. 2011 Mar 8; 6(3):e17781
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