México, DF.- En México, se estima que entre 6 y 10 millones de personas padecen algún tipo de diabetes. Una enfermedad degenerativa en la que además de cambios en el metabolismo, se presenta la pérdida paulatina de sensibilidad en la piel, lo que trae como consecuencia alteraciones en la vida erótico-sexual del paciente.

“El sabernos con una enfermedad como la diabetes mellitus de entrada nos va a ocasionar una desconfianza en nuestro cuerpo y una ausencia del deseo sexual, es decir; se nos baja la libido”, según nos lo explica el terapeuta sexual Misael Rojas.

Aproximadamente 50% de los hombres con diabetes mellitus sufren algún problema de erección dentro de los 10 primeros años del diagnóstico de la enfermedad, cuando ésta no es controlada adecuadamente, tal como le pasó a Rafael, quien vive con diabetes tipo 2 desde 2001.

“Los primeros años sobrellevé la enfermedad con medicamentos orales y prácticamente sin complicaciones; sin embargo, en los últimos 3 o 4 años empecé a tener problemas para mantener la glucosa por debajo de 200, por lo que los médicos me recetaron la insulina, pero por falta de dinero no pude seguir el tratamiento”, cuenta.

Las alteraciones de glucosa en la sangre, comenta Misael Rojas, “generan una menor irrigación de sangre al pene, puesto que en éste se encuentran los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo humano, mismos que se pueden bloquear y por lo tanto impedir la erección”.

Mientras en las mujeres hay mayor incidencia a presentar infecciones vaginales y disminución en la lubricación, lo que provocará relaciones sexuales dolorosas, conocidas como dispareunia.

Afecciones que perjudican no sólo la vida sexual del diabético sino también la de su pareja, nos afirma “Rafael” al cuestionarlo sobre el tema: “A veces, después de tener relaciones, mi esposa también presenta algunos problemas de infecciones”.

Sin embargo, cuando un paciente diabético lleva un buen tratamiento médico, hábitos alimenticios adecuados y actividades físicas, la historia puede ser como la de Edgar García, ingeniero en computación, quien también padece este mal desde el 2006, pero para quien el entrenamiento diario para maratones, le ha ayudado al control del azúcar. “El hacer ejercicio todos los días, te ayuda a producir más endorfinas y éstas hacen que tu glucosa esté controlada, bajen tus niveles de estrés, tengas mejor humor y que tu deseo sexual sea mayor”.

Hasta ahora no existe una cura contra la diabetes mellitus, pero para pacientes como Edgar, el trabajo en conjunto de los médicos y los terapeutas sexuales en los ámbitos psicológico y orgánico pueden evitar consecuencias más graves y lograr que el paciente tenga una vida sexual.

La literatura especializada recomienda tratar las disfunciones sexuales derivadas de la diabetes, primero, dejando de fumar, no bebiendo alcohol, suprimir la ingesta de azúcar, hacer ejercicio y seguir los consejos del médico diabetólogo. Combinar estos factores junto con terapias sexuales o de pareja pueden restablecer la situación de personas que se creían incapaces de volver a tener una sexualidad plena.

Recomendaciones

» La literatura especializada recomienda tratar las disfunciones sexuales derivadas de la diabetes, primero, dejando de fumar, no bebiendo alcohol, suprimir la ingesta de azúcar, hacer ejercicio y seguir los consejos del médico diabetólogo. Combinar estos factores junto con terapias sexuales o de pareja pueden restablecer la situación de personas que se creían incapaces de volver a tener una sexualidad plena.

Trabajar de noche es factor de riesgo de este mal

Actualmente, los seres humanos nos encontramos expuestos a efectos artificiales, como nuestros sistemas de iluminación, que no corresponden con las condiciones de luz-oscuridad en la naturaleza y nos hacen perder sincronía en nuestros relojes biológicos, lo que puede derivar, incluso, en problemas de salud tales como la obesidad y la diabetes.

Un tema relevante para los cronobiólogos es estudiar cómo las actividades laborales alteran los relojes biológicos, al imponer horarios que son estresantes e incompatibles con las necesidades biológicas de la persona, tal es el caso de las enfermeras, los pilotos o los conductores de camiones.

Hace algunos días, los científicos más importantes en el campo de la cronobiología reunidos en el Tercer Congreso Mundial de esta ciencia en la ciudad de Puebla, coincidieron en que mantener sincronizados nuestros relojes biológicos es positivo para la salud.

En el evento académico, los especialistas intercambiaron conocimientos sobre los mecanismos fisiológicos que subyacen al funcionamiento de los relojes biológicos, además de explorar nuevos caminos para mejorar la salud, la calidad de vida y la preservación de la biodiversidad.

El reloj circadiano

Uno de los ritmos más importantes para los seres humanos, plantas y animales, es el ciclo de luz-oscuridad. Los seres humanos nos sincronizamos con este ciclo mediante el reloj circadiano, nuestro mecanismo interno que controla los horarios de sueño y otros procesos biológicos, como los horarios de comidas y el funcionamiento del sistema inmune, y nos mantiene en sintonía con los ciclos naturales.

Para que este reloj funcione correctamente, existen complejos mecanismos internos que marcan el paso, como células fotorreceptoras en la retina de nuestros ojos y estructuras cerebrales como el núcleo supraquiasmático. También entran en juego mecanismos externos como la luz del ambiente y los alimentos. Así, nuestro reloj biológico se sincroniza y funciona correctamente.

Recomendaciones de los especialistas

Sobre la importancia de estar sincronizado, Urs Albretch, científico de la University of Fribourg in Switzerland, explicó que el estrés es uno de los factores que llevan a las personas a la desincronización de sus relojes biológicos.

Por esta causa, dijo, muchas veces las personas permanecen despiertas en horas en que deberían estar dormidas, puesto que están despiertas comen, pero lo hacen en el momento incorrecto, cuando el organismo no está preparado para recibir ese alimento.

El especialista en mecanismos moleculares del reloj circadiano recomendó evitar ingerir alimentos cuando una persona debería de estar dormida, y especialmente evitar alimentos dulces y pan blanco, porque inducen altos picos de insulina y desincronizan el metabolismo.

Urs Albrecht resaltó que la luz es una de las más potentes señales sincronizadoras y afirmó que todos deberíamos de pasar, al menos, una hora al día en exterior. La luz natural, detalló, tiene una intensidad de cien mil lux, mientras que la luz artificial tiene solo entre 500 y mil lux, por eso, la primera ayuda a sincronizarnos con el ciclo natural de luz-oscuridad.

En el tema del ciclo de ayuno y alimentación, Mauricio Díaz Muñoz, investigador del Instituto de Neurobiología de la UNAM, expresó que lo ideal es comer de manera regular, sólo cuando el organismo lo necesita y no ingerir alimentos continuamente, rigiéndonos por inercias sociales.