Las diferencias son más marcadas entre los 50 y los 70 años de edad
Francesc Martínez - 21/03/2011
Según los resultados de un estudio llevado a cabo por un equipo estadounidense de investigadores y presentado en la XVIII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada en Boston (EE UU), los hombres con VIH con edades a partir de los 50 años presentan una probabilidad de experimentar debilidad física superior a la de aquellos que no tienen el virus de edades similares.
La infección por VIH ha sido asociada en numerosos estudios con manifestaciones de envejecimiento prematuro. La debilidad física constituye un síntoma relacionado de manera usual con el hecho de envejecer, por lo que los investigadores decidieron evaluar dicha característica en hombres que practican sexo con hombres (HSH) con o sin VIH que formaban parte del Estudio Multicéntrico de Cohorte del Sida (MACS, en sus siglas en inglés).
De acuerdo con el diseño del estudio, una persona mostraba debilidad física si cumplía un mínimo de tres de las características siguientes: poca fuerza para sujetarse, escasa velocidad para recorrer 4 metros andando (en ambos casos, los resultados deben ser inferiores a más del 80% de los participantes sin VIH de edad similar), actividad física reducida, agotamiento (parámetros evaluados por medio del cuestionario SF-36 [siglas en inglés de formulario corto basado en 36 preguntas]) y pérdida no intencionada de más de 4kg de peso.
En 2.850 visitas de los participantes (1.451 de personas sin VIH, 92 de personas seropositivas que no tomaban terapia antirretroviral [TARV] y 1.307 de pacientes con VIH bajo TARV), se observó debilidad física en el 9,0% de las de personas seronegativas, en el 8,7% de las visitas de pacientes con VIH que no tomaban antirretrovirales y en el 12,0% de aquellos que seguían tratamiento antirretroviral.
Cuando se realizó un análisis por grupos de edad, se apreció una probabilidad de padecer debilidad física 1,8 veces superior en personas con VIH bajo TARV con edades entre 50 y 59 años que la de personas sin VIH con edades parecidas (p = 0,006) y 2 veces superior en pacientes seropositivos que seguían terapia antirretroviral de entre 60 y 69 años que la de personas sin VIH de edades semejantes (p= 0,01).
En hombres con VIH que tomaban TARV, la probabilidad de desarrollar debilidad física se asoció de forma directa con la carga viral e inversamente con los recuentos de células CD4. Sin embargo, en varones seropositivos que seguían tratamiento antirretroviral con viremia indetectable, la probabilidad de padecer debilidad física seguía siendo 1,35 veces mayor que en hombres sin VIH (p= 0,047).
Los autores del estudio concluyeron que, entre los 50 y los 70 años, el hecho de presentar debilidad física fue significativamente más frecuente entre hombres con VIH que seguían terapia antirretroviral que en aquellos sin el virus. Esto sugeriría un efecto de la infección por VIH, de la TARV, o de ambos factores, sobre el desarrollo de debilidad física y, quizá, sobre el envejecimiento. No obstante, para confirmar estos resultados los investigadores señalaron que era necesario llevar a cabo estudios longitudinales, ya que así sus conclusiones gozarían de mayor relevancia.
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