Holanda, el país más “gay-friendly” de Europa, aunque se detectan bolsas de homofobia
Holanda se sitúa, en diversas encuestas internacionales, como el país europeo con un mayor grado de aceptación social de la realidad homosexual. Solo un 10% de la población holandesa manifiesta de forma expresa su rechazo hacia la homosexualidad, frente a un 15% en 2006. Aun así, queda mucho trabajo por hacer, sobre todo entre determinados grupos, como los inmigrantes, los practicantes religiosos y los adolescentes, en los que un informe publicado por el Instituto Holandés de Investigación Social ha detectado mayores actitudes homófobas.
El informe (que puedes descargar, en inglés, pinchando aquí) consta de dos partes. La primera recopila diversos estudios comparativos internacionales sobre aceptación de la homosexualidad, valoración como “absolutamente normales” de las relaciones homosexuales, aceptación de líderes políticos abiertamente homosexuales, aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, aceptación de la adopción de hijos por parejas del mismo sexo, comodidad con el hecho de tener un vecino homosexual y número de conocidos homosexuales. En los siete aspectos, Holanda aparece en primer lugar (España obtiene, por cierto, posiciones destacadas en todos ellos).
La segunda parte, centrada ya en la realidad holandesa, presenta los resultados de una encuesta propia que muestra como los ciudadanos de ese país consideran, por mayoría abrumadora, absolutamente normales las relaciones homosexuales, y se muestran a favor de la igualdad de derechos de gays y lesbianas. La cifra baja un poco cuando se pregunta directamente por la adopción de niños por parejas del mismo sexo: todavía hay un 22% de holandeses que la rechazan (un 60% está de acuerdo, un 14% no tiene opinión formada y un 4% no contesta).
Destaca, por lo negativo, el elevado porcentaje de holandeses que todavía encuentra ofensivo un beso entre dos hombres en público: el 41% (28% si el beso es entre dos mujeres, 13% si el beso es heterosexual).
No es oro todo lo que reluce
Pero es al considerar grupos demográficos y colectivos cuando emergen las diferencias más significativas. Las personas muy religiosas (aquellas que acuden semanalmente a un servicio religioso) destacan por su mayor rechazo a la homosexualidad, que llega hasta el 50%, frente a solo un 5% entre los que nunca acuden a un servicio religioso. Los mayores de 65 años y los votantes de la extrema derecha aparecen también entre los grupos con un mayor grado de homofobia. El informe también alerta sobre la detección de actitudes homófobas en adolescentes, subrayando el hecho de que el entorno escolar podría llegar a ser un muy hostil por lo que a la homosexualidad se refiere.
Por lo que se refiere a los inmigrantes no occidentales, la encuesta no tiene suficientes datos propios como para extraer conclusiones diferenciadas, aunque el informe apunta que según estudios previos las actitudes serían significativamente peores que las de sus conciudadanos de origen holandés. En concreto, las actiudes negativas hacia la homosexualidad aumentarían hasta el 36% entre los inmigrantes de origen turco y hasta el 26% entre los de origen marroquí. Antillanos y surinameses, dos colectivos especialmente numerosos en Holanda, se encontrarían en una posición intermedia.
El informe (que puedes descargar, en inglés, pinchando aquí) consta de dos partes. La primera recopila diversos estudios comparativos internacionales sobre aceptación de la homosexualidad, valoración como “absolutamente normales” de las relaciones homosexuales, aceptación de líderes políticos abiertamente homosexuales, aceptación del matrimonio entre personas del mismo sexo, aceptación de la adopción de hijos por parejas del mismo sexo, comodidad con el hecho de tener un vecino homosexual y número de conocidos homosexuales. En los siete aspectos, Holanda aparece en primer lugar (España obtiene, por cierto, posiciones destacadas en todos ellos).
La segunda parte, centrada ya en la realidad holandesa, presenta los resultados de una encuesta propia que muestra como los ciudadanos de ese país consideran, por mayoría abrumadora, absolutamente normales las relaciones homosexuales, y se muestran a favor de la igualdad de derechos de gays y lesbianas. La cifra baja un poco cuando se pregunta directamente por la adopción de niños por parejas del mismo sexo: todavía hay un 22% de holandeses que la rechazan (un 60% está de acuerdo, un 14% no tiene opinión formada y un 4% no contesta).
Destaca, por lo negativo, el elevado porcentaje de holandeses que todavía encuentra ofensivo un beso entre dos hombres en público: el 41% (28% si el beso es entre dos mujeres, 13% si el beso es heterosexual).
No es oro todo lo que reluce
Pero es al considerar grupos demográficos y colectivos cuando emergen las diferencias más significativas. Las personas muy religiosas (aquellas que acuden semanalmente a un servicio religioso) destacan por su mayor rechazo a la homosexualidad, que llega hasta el 50%, frente a solo un 5% entre los que nunca acuden a un servicio religioso. Los mayores de 65 años y los votantes de la extrema derecha aparecen también entre los grupos con un mayor grado de homofobia. El informe también alerta sobre la detección de actitudes homófobas en adolescentes, subrayando el hecho de que el entorno escolar podría llegar a ser un muy hostil por lo que a la homosexualidad se refiere.
Por lo que se refiere a los inmigrantes no occidentales, la encuesta no tiene suficientes datos propios como para extraer conclusiones diferenciadas, aunque el informe apunta que según estudios previos las actitudes serían significativamente peores que las de sus conciudadanos de origen holandés. En concreto, las actiudes negativas hacia la homosexualidad aumentarían hasta el 36% entre los inmigrantes de origen turco y hasta el 26% entre los de origen marroquí. Antillanos y surinameses, dos colectivos especialmente numerosos en Holanda, se encontrarían en una posición intermedia.
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