José Carlos Iglesias, el denunciante, el sábado. l. león
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El Ayuntamiento de Sevilla afirmó ayer que no puede tomar ninguna medida tras el acto de discriminación sexual cometido por el presidente de una caseta que funciona gracias a una licencia municipal en la Feria de Abril. José Carlos Iglesias, de 31 años, y su pareja de hecho, Juan Carlos Cabezas, de 24, invitados a la caseta Pero como tú ninguna, de los Donantes de Flores de la Macarena, se disponían a bailar en la madrugada del viernes unas sevillanas cuando el presidente y su mujer, entre comentarios despectivos, ordenaron parar al grupo musical alegando que allí dos hombres no podían bailar juntos. José Carlos, que fue expulsado junto a su pareja, denunció los hechos ante un juez de guardia. La Policía Local tomó los datos al presidente de la caseta y a su esposa.
Desde la Delegación de Fiestas Mayores, consultada por este diario, "rechazaban" ayer este tipo de conductas, pero recordaban que esta caseta es un espacio privado en el que el Ayuntamiento no puede actuar. "Pasó algo similar el año pasado [dos chicos fueron expulsados por besarse de la caseta del número 41 de la calle Manolo Vázquez] y no pudimos hacer nada porque la caseta era privada. Otra cosa es si fuera pública", explican desde Fiestas Mayores. Es decir, al menos en lo que al Ayuntamiento concierne, la caseta y su máximo responsable son intocables.
La Coordinadora Girasol, que agrupa a colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB), censuró ayer públicamente el acto de homofobia en un comunicado. "Estas cosas no se pueden dejar pasar jamás. Son muestras de absoluta intolerancia de quienes quieren imponer su moral por encima de la ley, la Constitución y nuestro Estatuto", declaró a este diario Mar Cambrollé, presidenta de Girasol.
Desde la Delegación de Fiestas Mayores, consultada por este diario, "rechazaban" ayer este tipo de conductas, pero recordaban que esta caseta es un espacio privado en el que el Ayuntamiento no puede actuar. "Pasó algo similar el año pasado [dos chicos fueron expulsados por besarse de la caseta del número 41 de la calle Manolo Vázquez] y no pudimos hacer nada porque la caseta era privada. Otra cosa es si fuera pública", explican desde Fiestas Mayores. Es decir, al menos en lo que al Ayuntamiento concierne, la caseta y su máximo responsable son intocables.
La Coordinadora Girasol, que agrupa a colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB), censuró ayer públicamente el acto de homofobia en un comunicado. "Estas cosas no se pueden dejar pasar jamás. Son muestras de absoluta intolerancia de quienes quieren imponer su moral por encima de la ley, la Constitución y nuestro Estatuto", declaró a este diario Mar Cambrollé, presidenta de Girasol.
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