"Hoy se celebra el día de la visibilidad lésbica y, como cada año, desde la Federación de Enseñanza de CC OO queremos darle la importancia y
el protagonismo que se merece, deseando que llegue la fecha en que no sea necesario."
|
EULALIA MORENO Hoy se celebra el día de la visibilidad lésbica y, como cada año, desde la Federación de Enseñanza de CC OO queremos darle la importancia y
el protagonismo que se merece, deseando que llegue la fecha en que no sea necesario. Siendo conscientes de que aún no es así, queremos analizar las causas y consecuencias de esa invisibilización a la que están sometidas las lesbianas dentro de la sociedad y, por tanto, dentro de la escuela, tanto profesoras o maestras, como alumnas.
En el dibujo de la realidad cabe destacar un hecho: la desigual presencia pública de hombres y mujeres homosexuales que se traduce en un marcado déficit de visibilidad social de las lesbianas. No existen, en la práctica, mujeres que se reconozcan como lesbianas en el ámbito público, ni el lesbianismo tiene la diversidad de personas conocidas que en la actualidad tiene la homosexualidad masculina. Como resultado, la representación social de la homosexualidad es fundamentalmente masculina. Es muy posible que en estos momentos estemos mejor representadas en la ficción que en la realidad a través de los personajes que salen en las series que se emiten en las cadenas de televisión (Hospital Central, Aquí no hay quien viva, Siete Vidas, The L Word, etc.).
Hablar de la invisibilidad lesbiana es ya un tópico. Desde que nació el movimiento ha sido y es todavía un tema estrella. Funciona como un axioma que explica todas las situaciones en las que una lesbiana puede encontrarse. Pero en realidad es algo más que un hecho aceptado sin más. Es un asunto que nos preocupa, y mucho, a las mujeres que trabajamos día a día en este ámbito, ya que la impresión que solemos tener es la de que, a medida que es más notoria y reconocida la presencia pública de gays, más se entierra la existencia pública de la mujer lesbiana. Pareciera que lo gay diluye la realidad lesbiana.
No es un tema de discreción. Esta es una cuestión que no es posible, siquiera, sacar a debate o a discusión, ya que parto de que el nivel de privacidad que cualquier mujer escoja es perfectamente legítimo. Si la falta de visibilidad social fuera una cuestión de elegir vivir en la intimidad la sexualidad, sería evidente que no existiría el problema. Pero existe, y además como un problema que no sólo tienen las lesbianas, sino que también tiene la sociedad en su conjunto. El ocultamiento y el secreto en el que ha estado envuelto el lesbianismo, no ya por décadas, sino por siglos, es expresión de una sexualidad hegemónica que define el comportamiento sexual normal como el heterosexual y que sigue siendo profundamente sexista negando tradicionalmente la capacidad y autonomía sexual de las mujeres. Esta ideología sexual provoca la estigmatización de las personas cuyos comportamientos no son heterosexuales y la subordinación de la sexualidad femenina a la masculina. En definitiva, la invisibilidad de las lesbianas en nuestra sociedad es resultado de unas ideas acerca de la sexualidad que no han concedido importancia a la sexualidad de las mujeres y como contrapartida no han dado crédito a la existencia de lesbianas.
La visibilidad es parte de un complejo proceso individual que empieza con el descubrimiento del lesbianismo, sigue con la aceptación del mismo y acaba en el acto de hacerse visible. La visibilidad no es un acto gratuito que se hace sin más. Para llegar a poder decir "no soy heterosexual, soy lesbiana" es necesario realizar un gran trabajo para enfrentar miedos, culpabilidades, sentimientos de diferencia o rareza, prejuicios, etc. Por lo general, no ha resultado, ni resulta, fácil hacerse visibles porque son conscientes del gran significado social que conlleva y porque lo hacen en contextos sexistas y tendentes al prejuicio. A las personas homosexuales, a las lesbianas en particular, se les ha negado de forma sistemática el poder y la influencia en la sociedad. La heterosexualidad se presenta como un factor dominante ejerciendo su poder a través de la homofobia y el sexismo. En este orden de cosas, la interiorización de los mensajes culturales e ideológicos sobre sexualidad que se suponen son verdad y la invisibilidad o la visibilidad sugerida de manera negativa se convierten en mecanismos imprescindibles que fomentan el alejamiento de las lesbianas de los espacios sociales, su bajo estatus y autoestima.
La visibilidad se entiende como un proceso que tiene dos dimensiones:
-La individual implica un proceso mediante el cual las mujeres lesbianas se ven con la facultad y la confianza para responder a sus propias necesidades, optar, ser y mostrarse hacia la sociedad como mujeres con deseos afectivos y sexuales hacia otras mujeres desarrollando la capacidad de negociar e influir en la naturaleza de sus relaciones y de las decisiones que tomen dentro de ella.
-La colectiva significa el fomento de su protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos en las situaciones que viven. Así toman conciencia de sus derechos e intereses y de cómo estos se relacionan con los de otras con el fin de lograr un impacto más amplio del que se podría alcanzar por separado. La visibilidad toma un significado profundamente social y político.
Si analizamos todo lo dicho anteriormente en profundidad, entendemos las dificultades, externas e internas, que existen en el día a día de nuestras aulas: el miedo, la ausencia de referentes, el temor al contagio del estigma… ¿Hasta cuándo?
el protagonismo que se merece, deseando que llegue la fecha en que no sea necesario. Siendo conscientes de que aún no es así, queremos analizar las causas y consecuencias de esa invisibilización a la que están sometidas las lesbianas dentro de la sociedad y, por tanto, dentro de la escuela, tanto profesoras o maestras, como alumnas.
En el dibujo de la realidad cabe destacar un hecho: la desigual presencia pública de hombres y mujeres homosexuales que se traduce en un marcado déficit de visibilidad social de las lesbianas. No existen, en la práctica, mujeres que se reconozcan como lesbianas en el ámbito público, ni el lesbianismo tiene la diversidad de personas conocidas que en la actualidad tiene la homosexualidad masculina. Como resultado, la representación social de la homosexualidad es fundamentalmente masculina. Es muy posible que en estos momentos estemos mejor representadas en la ficción que en la realidad a través de los personajes que salen en las series que se emiten en las cadenas de televisión (Hospital Central, Aquí no hay quien viva, Siete Vidas, The L Word, etc.).
Hablar de la invisibilidad lesbiana es ya un tópico. Desde que nació el movimiento ha sido y es todavía un tema estrella. Funciona como un axioma que explica todas las situaciones en las que una lesbiana puede encontrarse. Pero en realidad es algo más que un hecho aceptado sin más. Es un asunto que nos preocupa, y mucho, a las mujeres que trabajamos día a día en este ámbito, ya que la impresión que solemos tener es la de que, a medida que es más notoria y reconocida la presencia pública de gays, más se entierra la existencia pública de la mujer lesbiana. Pareciera que lo gay diluye la realidad lesbiana.
No es un tema de discreción. Esta es una cuestión que no es posible, siquiera, sacar a debate o a discusión, ya que parto de que el nivel de privacidad que cualquier mujer escoja es perfectamente legítimo. Si la falta de visibilidad social fuera una cuestión de elegir vivir en la intimidad la sexualidad, sería evidente que no existiría el problema. Pero existe, y además como un problema que no sólo tienen las lesbianas, sino que también tiene la sociedad en su conjunto. El ocultamiento y el secreto en el que ha estado envuelto el lesbianismo, no ya por décadas, sino por siglos, es expresión de una sexualidad hegemónica que define el comportamiento sexual normal como el heterosexual y que sigue siendo profundamente sexista negando tradicionalmente la capacidad y autonomía sexual de las mujeres. Esta ideología sexual provoca la estigmatización de las personas cuyos comportamientos no son heterosexuales y la subordinación de la sexualidad femenina a la masculina. En definitiva, la invisibilidad de las lesbianas en nuestra sociedad es resultado de unas ideas acerca de la sexualidad que no han concedido importancia a la sexualidad de las mujeres y como contrapartida no han dado crédito a la existencia de lesbianas.
La visibilidad es parte de un complejo proceso individual que empieza con el descubrimiento del lesbianismo, sigue con la aceptación del mismo y acaba en el acto de hacerse visible. La visibilidad no es un acto gratuito que se hace sin más. Para llegar a poder decir "no soy heterosexual, soy lesbiana" es necesario realizar un gran trabajo para enfrentar miedos, culpabilidades, sentimientos de diferencia o rareza, prejuicios, etc. Por lo general, no ha resultado, ni resulta, fácil hacerse visibles porque son conscientes del gran significado social que conlleva y porque lo hacen en contextos sexistas y tendentes al prejuicio. A las personas homosexuales, a las lesbianas en particular, se les ha negado de forma sistemática el poder y la influencia en la sociedad. La heterosexualidad se presenta como un factor dominante ejerciendo su poder a través de la homofobia y el sexismo. En este orden de cosas, la interiorización de los mensajes culturales e ideológicos sobre sexualidad que se suponen son verdad y la invisibilidad o la visibilidad sugerida de manera negativa se convierten en mecanismos imprescindibles que fomentan el alejamiento de las lesbianas de los espacios sociales, su bajo estatus y autoestima.
La visibilidad se entiende como un proceso que tiene dos dimensiones:
-La individual implica un proceso mediante el cual las mujeres lesbianas se ven con la facultad y la confianza para responder a sus propias necesidades, optar, ser y mostrarse hacia la sociedad como mujeres con deseos afectivos y sexuales hacia otras mujeres desarrollando la capacidad de negociar e influir en la naturaleza de sus relaciones y de las decisiones que tomen dentro de ella.
-La colectiva significa el fomento de su protagonismo como grupo social para impulsar cambios positivos en las situaciones que viven. Así toman conciencia de sus derechos e intereses y de cómo estos se relacionan con los de otras con el fin de lograr un impacto más amplio del que se podría alcanzar por separado. La visibilidad toma un significado profundamente social y político.
Si analizamos todo lo dicho anteriormente en profundidad, entendemos las dificultades, externas e internas, que existen en el día a día de nuestras aulas: el miedo, la ausencia de referentes, el temor al contagio del estigma… ¿Hasta cuándo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario