La terapia podría prescindir del uso de interferón pegilado
Juanse Hernández - 14/04/2011
La investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos contra el virus de la hepatitis C (VHC) se encuentra en plena efervescencia. Se espera que los dos primeros fármacos más avanzados en su desarrollo –telaprevir y boceprevir– reciban su aprobación de comercialización a lo largo de 2011 y que un buen número de medicamentos puedan también obtenerla en los años sucesivos, si los ensayos clínicos actualmente en curso acaban confirmando su seguridad y eficacia.
El nuevo arsenal terapéutico que está en camino supondrá, con toda probabilidad, un cambio de rumbo de la epidemia de hepatitis C, incrementando las probabilidades de curación para una enfermedad que afecta, a escala mundial, a 130 millones de personas.
Muchos de los nuevos medicamentos orales de acción directa contra el VHC (llamados así porque inhiben la replicación del virus actuando de forma directa contra dianas virales específicas) deberán emplearse, al menos en los próximos años, en combinación con la terapia actual: interferón pegilado, ribavirina o ambos.
Dadas las limitaciones del tratamiento estándar contra la hepatitis C, en cuanto a eficacia y tolerabilidad, resulta crucial la puesta en marcha de ensayos clínicos que evalúen, desde sus primeras fases, el uso combinado de medicamentos experimentales que actúen sobre distintas dianas del ciclo vital del VHC. Conscientes de la relevancia del desarrollo conjunto de fármacos para infecciones como el VIH o el VHC, las agencias reguladoras están realizando recomendaciones dirigidas a guiar a los laboratorios farmacéuticos en el proceso de investigación y desarrollo de dos o más fármacos experimentales para ser utilizados en terapias combinadas innovadoras (véase La Noticia del Día 04/01/2011).
Contar con combinaciones de fármacos orales anti-VHC que prescindan del empleo de interferón pegilado y ribavirina es especialmente importante para aquellas personas en las que el uso del tratamiento estándar está contraindicado o para las que lo recibieron en el pasado pero no consiguieron una respuesta virológica sostenida al mismo.
En este sentido, durante el 46 Encuentro Anual de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL 2011), celebrado recientemente en Berlín (Alemania), han sido presentados los resultados de un ensayo de fase IIa, que evaluó la acción sinérgica de una combinación de dos fármacos orales contra el VHC: el inhibidor del complejo de replicación NS5A BMS-790052, y el inhibidor de la proteasa BMS-650032, ambos propiedad del laboratorio farmacéutico Bristol-Myers Squibb.
El estudio incluyó a 21 participantes monoinfectados por el genotipo 1 del VHC (uno de los que responde peor a la terapia estándar) que fueron respondedores nulos a un tratamiento anterior [aquellos pacientes que no obtienen una reducción de, como mínimo, 2log después de 12 semanas de tratamiento]. El ensayó contó con dos brazos: en el grupo A (n= 11), los participantes recibieron durante 24 semanas sólo la combinación experimental, es decir, 60mg de BMS-790052 una vez al día y 600mg de BMS-650032 dos veces al día; en el grupo B (n= 10), a los pacientes se les administró, también durante 24 semanas, la misma combinación junto con 180 μg/semana de interferón pegilado alfa-2a (Pegasys®) y ribavirina (entre 1.000 y 1.200mg al día según el peso).
Aproximadamente el 80% de los pacientes en el grupo A y el 40% en el grupo B eran hombres; la mayoría eran de etnia blanca, con una mediana de edad de unos 55 años. Casi un 90% de los participantes eran portadores del genotipo CT o TT cerca del gen IL28B, cuya presencia predice una peor respuesta al interferón pegilado (a diferencia de los pacientes que presentan el polimorfismo CC, que se asocia a una tasa más elevada de respuesta).
El objetivo principal fue determinar la proporción de personas que lograron la indetectabilidad del VHC (<10 UI/mL) 12 semanas después de finalizar el tratamiento (o respuesta virológica sostenida a la semana 12 [RVS12]).
Los resultados muestran que, entre los 11 pacientes que tomaron sólo la combinación experimental de BMS-790052 y BMS-650032 (grupo A), 7 (63,6%) tuvieron una carga viral indetectable a la semana 4 (respuesta virológica rápida); 5 continuaron indetectables al final del tratamiento, de los cuales cuatro (36%) alcanzaron la respuesta virológica sostenida a la semana 12, y uno experimentó una recidiva 4 semanas después de concluir la terapia.
En el grupo B, de los 10 participantes que tomaron la combinación cuádruple (BMS-790052, BMS-650032, interferón pegilado y ribavirina), 10 pacientes (100%) lograron una respuesta virológica sostenida a la semana 12, y 9 (90%) mantuvieron dicha respuesta hasta la semana 24.
En cinco pacientes del grupo A de entre un total de seis que experimentaron un rebote viral mientras tomaban el tratamiento, se consiguió reducir la carga viral hasta niveles indetectables al añadir la terapia estándar. Las pruebas de resistencia revelaron en todos los casos la emergencia de mutaciones virales de resistencia tanto a BMS-790052 como a BMS-650032.
El efecto secundario comunicado con más frecuencia fue diarrea (71,4%) de intensidad leve-moderada. Seis participantes presentaron elevaciones de los niveles de la enzima hepática alanina aminotransferasa [ALT]. No se produjeron en ninguno de los dos grupos efectos secundarios graves o interrupciones como consecuencia de las reacciones adversas.
En sus conclusiones, los investigadores afirman que sólo el uso de estos dos nuevos antivirales de acción directa experimentales proporciona tasas importantes de respuesta virológica sostenida en ciertos pacientes en situaciones clínicas difíciles de tratar. Añadir interferón pegilado y ribavirina a la combinación experimental reduce las probabilidades de desarrollar mutaciones de resistencia y confiere un tasa del 100% de respuesta virológica sostenida a la semana 12.
Con el fin de validar los resultados obtenidos en este ensayo, los promotores prevén inscribir cohortes adicionales de pacientes
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