Un estudio revela que, en contra de lo que se pensaba, dichos pacientes podrían sufrir daños en su sistema inmunitario a pesar de tener carga viral indetectable
Miguel Vázquez - 04/11/2011
Un estudio presentado en el transcurso del 49 Encuentro Anual de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (IDSA), celebrado en la ciudad de Boston (EE UU), ha evidenciado que los ‘controladores de élite’ pueden sufrir un descenso de sus niveles de células-T CD4 y experimentar posteriormente una progresión de la infección debido a que sus células-T naive no se regeneran de forma adecuada.
El término ‘controlador de élite’ se aplica a aquellas personas que viven con VIH, pero consiguen mantener unos niveles indetectables de carga viral sin necesidad de tomar terapia antirretroviral. Además de presentar un nivel indetectable de ARN viral, la mayor parte de estas personas también consiguen mantener un nivel de CD4 estable a largo plazo, lo que ha llevado a muchos expertos a suponer que no experimentan una progresión significativa de su deficiencia inmunitaria. Sin embargo, algunos estudios han evidenciado que dichos pacientes sí presentan variaciones en su nivel de activación inmunitaria y también sufren signos de inflamación.
El estudio presentado en la conferencia pretendía obtener más información sobre la respuesta inmunitaria y la progresión de la infección en las personas capaces de controlar el VIH sin necesidad de usar terapia antirretroviral. Para ello, el equipo de investigadores contó con 60 personas, distribuidas en 4 grupos de 15 cada una: controladores de élite, personas con VIH tratadas con antirretrovirales, personas con VIH cuya infección estaba progresando (denominadas ‘progresoras’) y personas no infectadas por VIH.
Tanto las personas incluidas en el grupo de los ‘controladores de élite’ como en el de los ‘progresores’ presentaron unos niveles similares de células CD4 naive que, a su vez, eran significativamente menores que los de los pacientes tratados con antirretrovirales y las personas sin VIH. Las células-T se producen en el timo -un órgano presente en el tórax- tras la maduración de las denominadas células precursoras y en ese momento se denominan naive. Una vez se encuentran con un patógeno sufren distintas transformaciones hasta convertirse en células de memoria. El aumento de la proporción de células naive suele relacionarse con una interrupción de la replicación viral (por ejemplo debido al tratamiento).
Por el contrario, los ‘controladores de élite’ y los ‘progresores’ presentaron unas proporciones notablemente mayores de células CD4 de memoria centrales, de memoria efectoras y diferenciadas terminalmente, en comparación con las personas tratadas y las personas sin VIH.
Las poblaciones de células precursoras periféricas (que luego se transformarán en el timo en los linfocitos CD4) fueron significativamente elevadas en los controladores de élite, en comparación con el resto de los grupos considerados.
La proliferación homeostática de las células CD4 naive (es decir, la multiplicación celular para reemplazar los linfocitos perdidos en un intento por mantener su nivel estabilizado) también fue significativamente mayor entre los ‘controladores de élite’ que en el resto de los grupos.
Según los autores del estudio, a pesar del grave descenso de células-T CD4 naive, las personas ‘controladoras de élite’ son capaces de mantener unos recuentos totales de CD4 estables gracias a que aumentan las células precursoras periféricas, así como la proliferación homeostática periférica de células-T naive.
Estos hallazgos sugieren que estos pacientes experimentan un descenso de las nuevas células-T naive a medida que entran en acción con más rapidez y se convierten en células de memoria, un fenómeno que probablemente esté desencadenado por la existencia de un nivel de infección por VIH, aunque éste sea pequeño.
Al principio, la proliferación de células CD4 precursoras y la proliferación homeostática de las células naive permiten que estos pacientes puedan compensar y mantener sus recuentos de CD4 totales en un nivel estable, pero los ‘controladores’ pueden desarrollar sida incluso en ausencia de niveles detectables de carga viral, a medida que el ritmo acelerado de proliferación agota el sistema inmunitario hasta que se ve incapaz de compensar el nivel insuficiente de regeneración de las nuevas células naive en el timo.
Hasta ahora, las personas ‘controladoras de élite’ habían sido dejadas a un lado porque se consideraba que no había motivos para tratarlas, ya que no mostraban unos niveles detectables de virus y no parecían sufrir daño en su organismo. Según los autores del estudio, el mensaje que se extrae del mismo es que sí se produce algún daño constante y estos hallazgos plantean la cuestión de cuál sería el mejor modo de tratar a los controladores de élite. Una respuesta a esta pregunta también resultaría útil para otros pacientes que experimentan una pobre recuperación de CD4 o una senescencia inmunitaria prematura.
Fuente: Hivandhepatitis
Referencia: Yang Y, Beamon J, Seiss K et al. Peripheral mechanisms of CD4 T cell regeneration in HIV-1 elite controllers. 49th Annual Meeting of the Infectious Diseases Society of America (IDSA 2011). Boston, October 20-23, 2011. Abstract 841
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