02-06-2011 / 14:30 h
Rosemary Adhiambo, una de las fundadoras de la asociación de mujeres seropositivas Power Women Group en la barriada chabolista de Kibera, en Nairobi, asegura que las clínicas locales distribuyen los preservativos de manera gratuita, pero "los hombres son muy reticentes a la hora de usarlos".
"Incluso si avisas de que estás infectada", puntualiza.
Además, Rosemary señala a la pobreza como la otra culpable de la continuidad del sida: "Hay mujeres seropositivas que se prostituyen para poder alimentar a sus hijos. Y así consiguen sacar adelante a su familia, pero la enfermedad se extiende".
En Kenia, que tiene una tasa de infectados del 6,3 por ciento (según ONUSIDA), el Gobierno corre con los gastos de los antirretrovirales, aunque en algunas zonas rurales del país, donde hay que caminar varios kilómetros para conseguir un condón, es difícil tener acceso a éstos.
El Power Women Group, del que Rosemary forma parte, vende, desde 2005, varios productos que permiten a las asociadas ganar algo de dinero y mejorar su situación, que, según dicen, va evolucionando.
"Ahora hay menos discriminación y menos estigma. Y nuestros hijos están perfectamente integrados", apunta Celina, otra de las asociadas.
África oriental presenta una prevalencia del sida de en torno al 5 por ciento, mientras que los países más afectados se localizan en el sur del continente: Suazilandia (25,9 por ciento), Botsuana (24,8), Lesoto (23,6 por ciento) o Sudáfrica (17,8). Las contadas excepciones son Madagascar (0,2) o Angola (2).
No obstante, existen diferencias abismales entre la prevalencia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) causante del sida en los países el África occidental y central y en las zonas oriental y meridional del continente.
Así, las estimaciones de ONUSIDA en 2009 recogen una tasa igual o menor al 2 por ciento de infectados en hasta doce países del oeste, mientras que en Camerún se registra la mayor de la zona, con un 5,3 por ciento de la población de entre 15 y 49 años.
Según el director de la Oficina Regional para el Sida, la Tuberculosis y la Malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), David Okello, la clave para frenar el sida reside en la propia conciencia de la enfermedad, puesto que, "si no lo sabes, no puedes tener acceso a la medicación".
Okello, en declaraciones a Efe, insistió en la necesidad de analizar la sangre "de todas las personas que se pueda" para avanzar en la lucha contra el sida y asegura que hacen falta 10.000 millones de dólares para garantizar el acceso de todos los seropositivos africanos a la medicación.
El representante de la OMS es consciente de que esta labor es "muy difícil", ya que en muchos países de la zona los habitantes ni siquiera cuentan con servicios sanitarios ordinarios.
Un informe presentado el pasado septiembre por la OMS, UNICEF y ONUSIDA revela que el acceso a estos tratamientos oscila entre el 50 y el 80 por ciento de los infectados en países como Etiopía, Zambia, Namibia y Suazilandia, mientras que Ruanda, como Cuba, puede presumir de una cobertura total.
Treinta años después de detectarse por primera vez la enfermedad, África sigue siendo la región más afectada por un mal cuyo origen es aún incierto, pero que los estudiosos de la materia suelen situar en el centro y oeste del continente a finales del siglo XIX o principios del XX.
Según estas teorías, el virus de inmunodeficiencia en los simios podría haberse transmitido a los humanos originariamente a través de heridas causadas durante la cacería de primates o durante la manipulación de su carne. EFE
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