La efectividad del fármaco disminuye cuando se administra una vez al día en lugar de dos
Francesc Martínez - 28/03/2011
Un estudio presentado en la XVIII Conferencia sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI), celebrada recientemente en Boston (EE UU), ha demostrado que raltegravir (Isentress®) tiene una eficacia comparable a la de efavirenz (Sustiva®) en personas sin experiencia en tratamientos al administrarse junto a tenofovir/emtricitabina (Truvada®; también por separado como Viread® y Emtriva®, respectivamente), con una menor incidencia de anomalías en los niveles de lípidos. Otro estudio hecho público en la misma conferencia concluye que, en pacientes naive, el fármaco es más eficaz administrado dos veces al día que en una única toma diaria.
El primero de los estudios -conocido como STARTMRK- ya había conseguido, tras la publicación de sus resultados a 48 semanas, la indicación del fármaco para personas sin experiencia en tratamientos en el año 2009 (véase La Noticia del Día 17/09/2009). Sin embargo, a pesar de haberse alcanzado ese objetivo, los autores del ensayo decidieron continuarlo para observar la eficacia y seguridad a largo plazo de raltegravir.
Los resultados mostrados por los participantes tras 3 años de seguimiento fueron presentados por el doctor Jürgen Rockstroh, de la Universidad de Bonn (Alemania). El estudio incluyó a 563 personas con VIH sin experiencia en el uso de terapia antirretroviral que recibieron 400mg de raltegravir dos veces al día o bien 600mg de efavirenz una vez al día, en ambos casos junto a tenofovir/emtricitabina.
Al inicio del ensayo, la carga viral media era de 100.000 copias/mL y el promedio de los niveles de CD4, de 218 células/mm3.
A los tres años de tratamiento, el 75% de los participantes que tomaron raltegravir y el 68% de aquellos que recibieron efavirenz tenían una carga viral indetectable. El diseño del estudio -establecido para evaluar la no inferioridad y no la superioridad de un fármaco respecto al otro- impidió establecer si la diferencia en el porcentaje podía ser considerada significativa.
Por lo que respecta a las tasas de rebote viral, estas fueron del 17% en el grupo con raltegravir y del 19% en el grupo con efavirenz. Un participante del brazo con raltegravir y 4 del que tomó efavirenz desarrollaron resistencias a raltegravir o efavirenz, respectivamente. La aparición de resistencias a los tres fármacos de cada tratamiento fue similar en ambos grupos (3 personas de cada uno de ellos) y el desarrollo de resistencia a tenofovir/emtricitabina tuvo lugar en 3 personas del grupo con raltegravir y en 2 del grupo con efavirenz.
Los recuentos de CD4 se incrementaron en 332 células/mm3 en el brazo que recibió raltegravir y en 295 células/mm3 en el de efavirenz.
Los niveles de colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL y triglicéridos aumentaron significativamente en mayor medida en el grupo con efavirenz. De hecho, incrementos moderados-graves en los niveles de estos indicadores hasta valores superiores a los considerados saludables también fueron más frecuentes en los participantes que recibieron este no análogo de nucleósido.
Un reducido número de participantes de cada grupo (25 del que tomó raltegravir y 32 del que tomó efavirenz) participaron en controles de cambios en la composición corporal por medio de un escaneado DEXA [absorciometría dual de rayos X, en sus siglas en inglés]. En ambos grupos se observaron incrementos en el porcentaje de grasa corporal del tronco (del 38% en el brazo con raltegravir y del 21% en el brazo con efavirenz) y en la grasa corporal de las extremidades (del 17% en el grupo con raltegravir y del 25% en el de efavirenz). Estos incrementos tanto en tronco como en extremidades se consideraron un signo de recuperación -por lo tanto, positivo- por parte de los investigadores.
En cuanto a la tolerabilidad general, raltegravir mostró un mejor perfil que efavirenz: el porcentaje de personas con raltegravir que presentaron efectos adversos asociados al fármaco fue del 50% en comparación con el 80% de aquellas que experimentaron efectos secundarios relacionados con efavirenz.
El segundo de los estudios, conocido como QDMRK, comparó el uso de raltegravir en dosis de 800mg una vez al día con el empleo del mismo fármaco administrado en dos tomas diarias de 400mg, en ambos casos junto a tenofovir/emtricitabina una vez al día. Un total de 770 personas sin experiencia en tratamientos y distribuidas aleatoriamente en uno de los dos grupos participaron en el ensayo.
A la semana 48 de estudio, el 83% de los participantes que recibieron una toma diaria de raltegravir y el 89% de aquellos que tomaron el fármaco dos veces al día presentaban una carga viral indetectable. Aunque pequeña la diferencia fue lo suficientemente significativa como para que la dosificación de una toma al día no alcanzara el objetivo de no inferioridad respecto a la de dos tomas diarias.
Al analizar los resultados en profundidad, se observó que las diferencias eran mayores en personas que iniciaban el tratamiento con cargas virales superiores a 100.000 copias/mL, ya que los porcentajes de indetectabilidad a la semana 48 eran del 74% y del 84% en los grupos de una o dos tomas diarias, respectivamente.
En personas con una viremia inicial inferior a 100.000 copias/mL, la eficacia fue equiparable, con porcentajes de indetectabilidad a la semana 48 del 89% y del 92% en los brazos de una o dos veces al día, de forma respectiva.
Las diferencias entre ambas dosificaciones fueron especialmente notorias al evaluar los rebotes virales acaecidos durante el ensayo, puesto que se registraron 18 casos en el grupo de una toma diaria y 9 -la mitad- en el grupo que recibió el fármaco dos veces al día.
Así, sobre la base de los resultados de ambos estudios, raltegravir constituye una buena alternativa a efavirenz en personas sin experiencia en tratamientos, con un mejor perfil lipídico pero con el aspecto negativo que supone la necesidad de tenerlo que tomar dos veces al día.
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